Madera

Haya

Fagus sylvatica

Hablemos de una madera que, prácticamente, sirve para todo. Pero, primero, unas pocas notas sobre el haya como planta.

Cuenco y plato de haya

El árbol de haya no es muy longevo, puede llegar a los doscientos cincuenta años de edad, alcanzando los 40 metros de alto. Es un árbol grande, majestuoso, erguido, esbelto; de tronco recto, cilíndrico y no ramificado, lo que permite obtener grandes tablones sin nudos. Su tronco es semejante a la pata de un elefante con un color gris ceniza que no cambia con el paso del tiempo. Copa ovalada, con ramas horizontales que proyectan una sombra densa y fresca. Hojas caducas, simples, elípticas u ovaladas con los nervios muy marcados, con pocos pelillos. De su fruto, el hayuco, se obtiene un aceite tan poco apreciado que solo se ha usado en tiempos de escasez para guisar o hacer jabón. Aparte de ese uso, sirve como alimento para el ganado.

El haya no soporta ni la sequía ni el encharcamiento. Requiere suelos frescos, con buen drenaje, y aunque crece en otro tipo de tierras, prefiere las calcáreas. Crece desde el nivel del mar hasta los dos mil metros de altitud, con climas húmedos y poco calurosos. Estas características hacen que sea el árbol más utilizado en las tareas de repoblamiento en Europa central.

Es un árbol agresivo con otras especies arbóreas, hasta el punto que podemos encontrar grandes bosques solo de hayas, los hayedos. Esto es así por sus ramas horizontales que ofrecen una sombra densa y fresca; y la espesa capa de hojas muertas que cae todos los otoños; hojas de descomposición muy lenta con ciertos compuestos con propiedades herbicidas que impiden el crecimiento de otras plantas. Es tanta su agresividad que en los hayedos hasta la hierba escasea, predominando el musgo y el liquen capaces de crecer en perpetua penumbra y sobre el propio tronco del árbol. En condiciones ecológicas iguales, el robusto roble pierde ante la haya, y solo unas pocas especies como el acebo o el tejo pueden crecer en los hayales, aunque cerca de los escasos claros. Por cierto, los hayedos sirvieron de inspiración para los bosques propios de cuentos de hadas en las películas de Walt Disney

Habita en la mayor parte del centro y norte de Europa. Por el sur se extiende por las umbrías de algunas montañas en la península de Italia y Sicilia. En España, se encuentra en todo en norte, salvo en Galicia, aunque podemos encontrar bellos ejemplares en el Moncayo e, incluso, en el norte de la Comunidad Valenciana.

Hablemos de su madera.

Pasó por periodos donde la excelente madera del roble la desbancó, hasta el punto que apenas se usaba como leña. Pero al descubrirse que absorbía el alquitrán muy bien, lo que la convertía en perfecta para las traviesas del ferrocarril, los profesionales empezaron a usarla para todo. En la actualidad podemos encontrar madera de haya en, prácticamente, cualquier parte. En términos generales, el haya tiene mejores propiedades que el roble. Es casi tan dura, pesada y densa como el roble, con mejores propiedades elásticas y mecánicas, y un poco más oscura. Sin embargo, es muy sensible a la humedad, ataques de hongos e insectos xilófagos.

Al descubrirse que absorbía muy bien el alquitrán, se descubrió su mejor cualidad: lo absorbe todo y es capaz de mantener lo absorbido durante mucho tiempo. Aunque muy sensible a la humedad, el agua de mar y los xilófagos marinos, debidamente tratada es perfecta para embarcaciones, pongo como ejemplo de su mejor cualidad.

Fibra: recta, uniforme.

Grano: fino y uniforme.

Dureza y Densidad: Es una madera pesada, aproximadamente 710-730 kg/m³.

Dureza: Madera incluida en las semiduras con 4 en el test de Monnin

Durabilidad: Se pudre fácilmente en contacto con la humedad y es sensible al ataque de insectos y hongos. Es indispensable aplicar tratamientos protectores. A pesar de todo, no es muy apta para muebles de jardín, por ejemplo.

Estabilidad Dimensional:

  • Coeficiente de contracción volumétrico: 0,51%. Madera medianamente nerviosa.
  • Relación entre contracciones: 2,05%. Tiende a atejar.

Propiedades Mecánicas:

  • Resistencia a la flexión: 1000 kg/cm²
  • Resistencia a la compresión: 580 kg/cm²
  • Resistencia a la tracción paralela: 1200 kg/cm²
  • Módulo de elasticidad: 150.000 kg/m²

Trabajar con haya: Madera muy fácil de trabajar, parte de su popularidad proviene de esa cualidad. A pesar de su dureza que desgasta el filo de las herramientas con gran rapidez, los ebanistas y torneros gustan de trabajar con ella. Su fino grano permite acabados finos y suaves. Excelente opción para torneados y para curvar, ya que responde muy bien a la flexión bajo la acción del vapor. En torneado, su color claro combina con cualquier madera más oscura.

  • Aserrado: Fácil.
  • Secado: Lento, difícil y con riesgo de aparición de fendas (grietas) y/o alabeo. Esta es una de las razones por las que la madera de haya se vaporiza. Ante cambios bruscos de temperatura y grado de humedad se agrieta.
  • Cepillado: Fácil.
  • Encolado: Fácil, admite todas las colas usadas en carpintería.
  • Clavado y Atornillado. Sin dificultades.
  • Acabado. Fácil, excelente con los tintes.
  • Excelente absorción. Se trata de una de las grandes propiedades de la madera de haya. Como ya hemos mencionado, una vez tratada con el producto adecuado, es perfecta para embarcaciones a pesar de su gran sensibilidad al agua. Por supuesto, admite cualquier producto contra hongos e insectos xilófagos, así como tintes, lacas y barnices.

Principales Usos de la Madera de Haya

  • Toda clase de tallas, torneados (morteros, joyeros, cuencos…) y curvados.
  • Mobiliario de interior.
  • Carpintería de interior: Tarimas, revestimientos, puertas…
  • Chapas de madera y tableros contrachapados. Excelente comportamiento frente a la técnica del desenrollo.
  • Fabricación de toda clase de herramientas: mangos, carros, arados…

Haya vaporizada

El haya vaporizada se obtiene de someter la madera a un proceso de vaporización a 100ºC. Es decir, se extrae todo el aire de una cámara cerrada y se le inyecta vapor. La madera permanece un tiempo dentro de esa cámara, permitiendo que el vapor llegue a toda la madera. Esta tecnología se utiliza para estabilizar y permitir un grado de humedad homogéneo en todo el volumen de la madera agilizando su posterior secado. En este proceso, se modifica el color natural adquiriendo un tono rosáceo característico.

Y aquí nos vamos a contradecir un poco, ya que el haya vaporizada es muy apreciada por los ebanistas pues pierde un poco de su dureza, y su fino grano permite acabados realmente exquisitos.

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